Una decena de mercados de barrio de Madrid agonizan por la crisis y la falta de reformas

  • El Ayuntamiento prometió en 2011 que haría reformas en 10 mercados municipales y construiría otros dos nuevos, pero solo ha realizado obras en 4.
  • Los mercados más afectados son los de Bami, La Cebada, Mostenses, Orcasur, Prosperidad y Villaverde Alto. También peligran galerías de Chamartín y Vallecas.
  • Los comerciantes se quejan del deterioro de sus instalaciones y del cierre de puestos: "El mercado se está muriendo. Solo 10 de los 70 puestos están abiertos".
  • La competencia de los grandes centros comerciales y la caída del consumo son otras de las claves que explican la pérdida de clientela.
Interior del mercado de Orcasur, un miércoles hacia las 12.00 horas del mediodía, con la mayoría de los puestos cerrados.
Interior del mercado de Orcasur, un miércoles hacia las 12.00 horas del mediodía, con la mayoría de los puestos cerrados.
JORGE PARÍS
Interior del mercado de Orcasur, un miércoles hacia las 12.00 horas del mediodía, con la mayoría de los puestos cerrados.

El programa electoral del Partido Popular para las elecciones municipales de 2011 anunciaba actuaciones en una docena de mercados municipales de la capital. El objetivo era renovar y modernizar instalaciones a las que acuden a diario centenares de madrileños para intentar incrementar "la calidad de la oferta y de los servicios que ofrecen los mercados municipales".

Cuatro años después de esta promesa electoral, el Ayuntamiento de Madrid solo ha intervenido directamente en la mejora sustancial de cuatro de los diez mercados previstos pese al abandono que sufren y ni siquiera ha iniciado las obras en otros dos (en la capital hay 46 galerias comerciales municipales). En concreto, el Consistorio no ha realizado la inversión esperada en los mercados de Bami (Ciudad Lineal), La Cebada (Centro), Los Mostenses (Centro), Orcasur (Usera), Prosperidad (Chamartín) y Villaverde Alto. Tampoco ha empezado a construir los mercados de Sanchinarro (Hortaleza) y Las Tablas (Fuencarral). Esto supone que la administración solo ha realizado un tercio de las actuaciones prometidas en campaña electoral respectos a los mercados municipales. Además, según un informe de la Cámara de Cuentas, también peligran los mercados de San Cristóbal (Chamartín) y de Doña Carlota (Puente de Vallecas).

"El mercado está en un estado de deterioro permanente. Hay una planta entera cerrada y apenas quedan abiertos unos 35 puestos de los 90 existentes", asegura Francisco Pascual, presidente de la Federación de Asociaciones de Comerciantes y Empresarios de Villaverde y Usera. "Las instalaciones cumplen todas las condiciones de seguridad pero es cierto que están algo viejas y necesitamos mejorarlas. Por ejemplo, el aire acondicionado y calefacción son de hace 25 años", afirma Carlos Gómez, gerente del mercado de Los Mostenses, que data del año 1946.

En el caso del mercado de Orcasur, sus instalaciones no pasaron la Inspección Técnica de Edificios (ITE) el año pasado. "Ahora mismo la planta de arriba está vacía. Nuestra esperanza que alguna empresa quiera invertir aquí", señala Domingo Ruiz, presidente de la Asociación de Comerciantes de Orcasur. La mayoría de los puestos de Bami y Prosperidad también se encuentran vacíos, lo que contribuye al deterioro de sus instalaciones. "La sensación de abandono es total", comenta un vecino que acude asiduamente al mercado de Prosperidad. En La Cebada, los puestos vacíos abundan de igual manera: "Lo único que salva al mercado es su situación", opina un vecino de La Latina.

Los cuatro mercados municipales en los que la administración que encabeza Ana Botella ha puesto dinero para reformas de calado son San Pascual, Alto de Extremadura, Villa de Vallecas y Embajadores. El modelo utilizado con frecuencia por el Ayuntamiento para renovar estas instalaciones es el de financiación público-privada. En estos casos, la mayor parte de los gastos corren a cargo de un operador privado (Carrefour, Ahorra Más, Lidl...) y la asociación de comerciantes, que son los que tienen la concesión administrativa, pone la parte restante. El Ayuntamiento contribuye subvencionando el 30% de la couta que corresponde a los comerciantes.

En el mercado de San Pascual de Ciudad Lineal, por ejemplo, de reciente remodelación, la inversión ha sido de casi cinco millones de euros, de los cuales la mitad se han destinado a las instalaciones generales del mercado y otros tantos al nuevo supermercado. De esa cantidad, 1.582.287 euros han corrido a cargo de los comerciantes y del Ayuntamiento, que ha aportado 474.686 euros.

"El cumplimiento es aceptable"

Este asunto ha sido  llevado a pleno por el PSOE. "Aquí lo que se ha hecho ha sido algún mercado como el de Barceló, importante, con 3 años de retraso y 15 millones de euros de sobrecoste", ha criticado el portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky. El Ayuntamiento, por su parte, cree que "el cumplimiento del programa es aceptable" y destaca que "se han remodelado los mercados de San Pascual, Pacífico, San Isidro, Villa de Vallecas, Alto de Extremadura y Argüelles".

El Consistorio sostiene además que "hemos hecho obras de adecuación estructural y de instalaciones en los mercados de San Cristóbal, Guillermo de Osma, Numancia, Orcasitas, Orcasur, Villa de Vallecas, La Cebada, Prosperidad, Vicálvaro y Jesús del Gran Poder, con una inversión total superior al millón de euros".

Desde el PSOE replican que estas obras "no obedecen a ninguna reforma ni modernización": "Son actuaciones puntuales de mantenimiento porque de lo contrario sería ilegal que los mercados siguieran abiertos, como ha ocurrido en Orcasitas, Orcasur y San Cristóbal, cuyas instalaciones no estaban en condiciones de superar la ITE".

Respecto a la construcción del mercado de Sanchinarro y Las Tablas, el Ayuntamiento argumenta que no se ha hecho "porque la Ley de Racionalización y Sostenibilidad no permite que se construyan los mercados, ya que no están considerados como un servicio esencial de los ayuntamientos".

El resto de galerias comerciales (en la capital hay 46) están en mejor estado y no sufren la amenaza del cierre inminente, aunque su situación tampoco es boyante, debido a la pérdida de clientela por la competencia de los grandes centros comerciales. "El resto de mercados se sostienen, aunque hay problemas generalizados en todos ellos, como la competencia de las grandes superficies, los elevados alquileres o la pérdida de clientela por la caída del consumo", apunta Francisco Pascual.

"El mercado se está muriendo"

Son casi las 11.30 de la mañana. Los pasillos del mercado de Orcasur (Usera) combinan las luces con las sombras. Apenas quedan una decena de puestos abiertos en sus plantas. Dicen que en sus buenos tiempos se podían contar abiertos hasta 70. "Es una pena ver el mercado así, aunque yo sigo viniendo a comprar la carne y el embutido aquí. La calidad se nota", comenta una clienta habitual. "Hace un par de semana incluso han tapiado los accesos a la segunda planta, que ya estaba vacía", asegura otra clienta frente al puesto de charcutería. Rubén, que regenta un puesto de carne, se resiste sin embargo a arrojar la toalla: "Yo más o menos me mantengo. Tengo hecha mi clientela y mientras esto me alcance para darle de comer a mis hijos aquí seguiré". Unos metros más adelante, el dueño de un puesto de pescado tiene una visión más negativa de la realidad. "El mercado se está muriendo. Solo viene a comprar gente mayor que vive de su pensión, que es más bien escasa. Aquí se han hecho cuatro arreglos para pasar la ITE y ya está", afirma. ¿La solución? "Creo que necesitamos un patrocinador que atraiga a la gente y ayude a remodelar las instalaciones".

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